Podríamos quizá decir que en sus imágenes hay una saturación de los colores, que donde percibimos un reflejo rojizo él pone una pincelada roja. Ni los objetos, ni las luces, ni las sombras tienen un color definido. El color es luz, es impresión óptica, nada más y en esto se nota la herencia impresionista. Normalmente los niños aprenden mediante la, vamos a llamarlo, "memorización de recursos". Un ejemplo de esto es "las sombras son negras", o "las luces son blancas", o las "peras son verdes". ¿Qué verde?, ¿Qué blanco o qué negro?. El negro es la oscuridad, es la ausencia de luz, sólo existe allí dónde no llega el más mínimo reflejo. Ni siquiera es fácil encontrarlo durante la noche. Cada objeto tiene un color único, con multitud de matices, en sus partes iluminadas y en sus sombras. Eso Cézanne lo sabía muy bien.
El ejercicio consiste en intentar evidenciar esos matices y en componer los objetos de varias pinceladas, según los distintos tonos que pongamos. Con las imágenes lo entienden a la perfección.
Pablo, 6 años
Belén, 6 años
Marina, 9 años
Nicholas, 9 años
Belén, 11 años
Clara, 11 años
Esther, 12 años
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