Siempre hemos visto móviles colgados de puertas o ventanas. Es un elemento presente en muchas culturas, como una especie de "timbre" primitivo o como simple elemento decorativo.
También hemos visto móviles para bebés, la belleza del movimiento simultáneo que nos atrae desde la cuna.
Sin embargo, nos interesa también el móvil como escultura. Todas las artes han tenido sus revoluciones, y en la escultura, al igual que en la pintura, también hubo un momento en que se cuestionó su materia.
Todavía hoy asociamos la escultura a las estatuas, a moles de piedra, pesadas, duras, quietas, nada que ver con la fragilidad, ligereza y movimiento (valga la redundancia) de un móvil.
De ahí que como referencia usemos a Alexander Calder, escultor que hizo de estas premisas su fuente de trabajo.
Nosotros sin embargo, recurrimos de nuevo a materiales de desecho y/o que encontramos a nuestro alrededor, en el jardín que tenemos a la puerta del estudio.
Alex, 5 años
Paola, 3 años
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