De
nuevo vamos a recurrir al genial Giacometti pero esta vez para
fijarnos en su forma de dibujar. Durante la mayor parte de su vida,
el escultor trabajó partiendo del cuerpo y el rostro humanos, era
algo casi obsesivo. Solía además fijarse en modelos del natural,
casi siempre personas cercanas como su mujer o su hermano, y si bien
en la escultura le vimos dedicado al cuerpo, a la complexión, en
los rostros le vamos a ver obsesionado con la mirada.
Sus
dibujos son nerviosos, desiguales, tratados con mucha fuerza en
algunas partes para quedar con apariencia de inacabados en otras.
Lejos quedan los dibujos de Leonardo en los que trabajábamos la
precisión de la línea. Aquí, al igual que en sus esculturas,
Giacometti nos deja ver como trabaja, nos deja ver su "tanteo",
sus dudas, haciendo que los rostros parezcan en movimiento, agitados,
y que no sepamos en qué línea exacta acaba la piel y empieza el
fondo.
Vamos
pues a tantear. En este caso probamos, rostros, de frente y de
perfil, y cuerpos alargados, sin detalles, sin precisión. No nos
interesa quien es, sino entender bien una forma de dibujar.
A
veces es más complicado lo que alguno llama "garabatos"
que conseguir esa linea precisa que otras veces trabajamos. El
control de la mano no tiene por qué estar reñido con la
expresividad.
¡Lo dejo a vuestro juicio!
Dani, 4 años
Alba, 4 años
Amanda, 5 años
Elina, 7 años
Inés, 7 años
Julia, 7 años
Pablo, 7 años
Alba, 7 años
Paula, 7 años
Iria, 9 años
Jimena, 9 años
Rodri, 9 años
Ana, 10 años
Isabel, 11 años
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